¿Cómo influye el clima en la calidad del café?

25/09/2024

El clima es uno de los aspectos que influye en la calidad del café. Más allá de la variedad de la planta y los cuidados durante la producción, factores como la altitud, la temperatura y las precipitaciones determinan las características del grano, cuya calidad también se ve afectada por el terreno en el que ha sido cultivado el cafeto.

La producción de café necesita condiciones climáticas especiales para crecer bien. Antes, las zonas donde se cultivaba café tenían un clima ideal pero el cambio climático está cambiando la temperatura y las precipitaciones, lo que perjudica estas áreas de cultivo de café.

Para lograr una buena calidad de café, es importante que haya una combinación adecuada de la variedad de café, el clima, el suelo y la altitud, además de las buenas prácticas de cultivo. Luego, los tostadores, baristas o consumidores deben cuidar el café para obtener una taza perfecta.

Terreno

La composición ideal del terreno para la producción de café es aquella que contiene entre un 8% y un 12% de materia orgánica y tienen un pH alrededor de 5.5. Sin embargo, con una fertilización adecuada, el café puede cultivarse en suelos menos ácidos con un pH de 7.0.

Sí que es importante la textura del suelo para el éxito del cultivo, ya que las raíces del cafeto alcanzan una profundidad de 1.5 metros y se extienden, aprovechando la humedad incluso en suelos pobres. Por lo tanto, el suelo debe ser granuloso, poroso y permeable, con un buen drenaje.

Además, la capa superficial, de 20-30 cm de profundidad, es esencial para la alimentación de la planta, ya que ahí se encuentra el 80% de las raíces absorbentes del cafeto. Las sustancias acumuladas en las raíces alimentan las hojas y los frutos, manteniendo el árbol firmemente anclado. Y estos nutrientes son lo que determina el perfil del café en taza.

Lluvia

Para un buen desarrollo, el cafeto requiere alrededor de 1.500 mm de precipitaciones anuales. Aunque resiste a la sequía, no es una planta a prueba de ella y necesita agua para sobrevivir. Las precipitaciones inferiores a 800 mm anuales limitan la producción y hacen necesario el riego artificial para el pleno desarrollo de los cafetos. Por otro lado, precipitaciones superiores a 2.000 mm anuales no afectan a la calidad del café.

La floración del cafeto sucede tras un periodo seco seguido de lluvias. En zonas de abundantes lluvias provoca una floración escalonada y un periodo de cosecha prolongado, obligando a una recolección selectiva de café. Si no se realiza una recolección selectiva, las cerezas se cosechan en diferentes etapas de maduración, dando como resultado sabores poco agradables en taza.

Lo mejor es recoger los granos en su punto óptimo de maduración e iniciar inmediatamente el proceso de beneficiado. Los cafés lavados, por ejemplo, no solo necesitan una cantidad adecuada para crecer, sino también para su procesamiento por vía húmeda.

Una precipitación insuficiente o agua de mala calidad, afecta directamente a la calidad del café.

Temperatura

Los cafés arábica no soportan las heladas. A escasos grados bajo cero, estos cafetos pueden morir en pocas horas.

Los cafés robusta son, todavía, menos resistentes a las heladas, llegando, incluso a peligrar su supervivencia a temperaturas por debajo de los 7ºC. Las altas temperaturas tampoco favorecen a los cafetos. Por encima de los 30ºC y con ambiente seco, la actividad de la fotosíntesis se reduce, el follaje se marchita y cae, dejando expuestas las cerezas a la intemperie. Buena parte de las cerezas también caen y aunque las hojas se reconstruyen cuando las lluvias vuelven a aparecer, los frutos no lo hacen, perdiendo la mayor parte de la cosecha.

En general, la temperatura ideal para el cafeto es entre 20 y 22ºC, para plantaciones situadas entre los 600 y 1.600 metros sobre el nivel del mar.

Sombra

La luz regula el crecimiento del cafeto en función de su duración, intensidad y calidad. El cafeto se suele desarrollar en ambiente de sombra, aunque las plantaciones al sol son las que ofrecen mayores ratios de productividad. Pero, cuanto menor es el sombreado, más necesidad de agua hay. Existen fincas poco sombreadas pero muy densas, así que los propios cafetos producen la sombra que necesitan, convirtiendo la cosecha en una tarea dificultosa por la densidad del follaje.

Latitud y altura

La latitud de la ubicación de los cafetales influye en la cantidad de energía solar recibida por los cafetos debido al ángulo de incidencia de los rayos solares sobre la planta.

Esta variante, determina el horario en que el arbusto de café recibe la radiación solar. Cada 100 metros, la temperatura suele descender medio grado y a mayor altura las plantas serán más expuestas a los rayos infrarrojos y ultravioletas del sol. A medida que se gana altura, se incrementa la diferencia entre las temperaturas medias diurnas y nocturnas, de la misma forma que la humedad relativa es menor en las montañas que en los valles.

Todos estos parámetros influyen en el grado de acidez del café, una de las características mejor valoradas del grano.

Viento

También hay que destacar la influencia del viento. Si los vientos son secos y calientes, el desarrollo de la planta se detiene y se marchitan los brotes como consecuencia de que la evaporación y la transpiración aumentan con la pérdida de agua de la planta. Si los vientos son excesivamente fuertes, pueden mutilar las ramas con frutos o bien arrancarlos de cuajo.

En altitudes superiores a los 1.500 m, el principal problema provocado por el viento es que remueve un aire pobre en oxígeno, lo que provoca que los frutos no oxigenen correctamente y una maduración más lenta, afectando directamente al sabor y aroma del grano cosechado.

Fuente: Forum Café