Kenia, cuna del té
Kenia es, después de China y la India, el tercer máximo productor mundial de té. Al igual que sus cafés, el té de Kenia encierra características únicas gracias al ecosistema privilegiado donde crecen las plantas de Camelia sinensis en este país, a más de 1.500 metros sobre el nivel del mar.
Historia del té en Kenia
Como en el resto de países africanos donde se cultiva el té (Uganda, Camerún, Tanzania, Malawi…) esta planta llegó a Kenia de la mano de colonos europeos. En concreto, fue un británico, mister Caine, quien plantó té en 1903 con fines ornamentales.
No fue hasta 1918, cuando el escocés Arnold Butler lo intentó en una finca del gobierno británico en Kiambethu, cerca de Nairobi. Butler conocía la experiencia del café y estaba convencido de que la altura de aquellas tierras por encima de los 2.000 sería propicia al cultivo. Al principio no llegó cumplió su objetivo pero insistió y plantó esquejes de té de Assam en 8 hectáreas distribuidas en la zona hasta que consiguió iniciar una explotación próspera.
Cultivo de té en Kenia
En la actualidad, Kenia registra una producción anual cercana a los 500 millones de kilos de té, que cultiva en las tierras altas ubicadas en el oeste y el este de Rift, a altitudes de entre 1.500 y 2.700 metros sobre el nivel del mar.
En estas tierras las condiciones para el cultivo son excelentes e incluye suelos rojos volcánicos y unos patrones climáticos favorables, con lluvias bien distribuidas entre 1.200 mm y 1.400 mm por año.
Todo esto, unido a la ubicación de este país en la línea del Ecuador, permiten a Kenia producir té durante todo el año, lo que asegura al país ventajas competitivas muy importantes.
Por eso, el té, junto al café, se han convertido a lo largo de los años en los dos principales productos de exportación de Kenia. Las granjas de té keniatas cubren más de 269.000 mil hectáreas de territorio agrícola, con una producción de 492.000 toneladas de té, una cantidad muy alta en comparación con el tercer cultivo agrícola del país, el café, cuya producción ronda las 41.000 toneladas anuales.
Características del té de Kenia
Es reconocido mundialmente por su calidad, su apuesta por la producción orgánica, sin pesticidas ni agroquímicos y por el procesamiento sin aditivos, además de por el interés de la industria nacional para que se cumplan los requisitos ambientales y sociales del mercado para garantizar la máxima competitividad a su producto. De hecho, este país está liderando el camino en el comercio de té sostenible.
En su mayoría, la producción de té keniata es té negro, que en taza otorga a la infusión un color marrón ámbar, gran aroma y cuerpo y un sabor fuerte, pero equilibrado que perdura y lo hace idóneo para combinar con otros productos como la leche.
La recolección normalmente se hace de manera manual y en los últimos tiempos la producción del té se ha desarrollado utilizando solo hojas y cogollos de té de la mejor calidad, sin triturar y que se preparan enteras para utilizarlas tal cual en la infusión, obteniendo un té de mayor calidad y sabor más genuino y sofisticado.
El té de Kenia en el mundo
Casi toda la producción de té de Kenia se exporta a terceros países. Sale de Kenia desde el Puerto de Mombasa, en África, con conectividad directa con más de 80 puertos de todo el mundo.
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Fuente: Forum Café