¿Qué es un microlote en el café de especialidad?
Seguro que en muchas ocasiones has oído hablar de los microlotes de café de especialidad y también habrás probado algunos de los más conocidos en Cafés Moreno como el Colombia Finca la Virginia, Etiopía Shakiso Wako, Brasil Fazenda Bella Vista… Pero, ¿sabes realmente qué es un microlote y a qué se debe su elevado precio?
¿Qué es un microlote?
El término microlote es utilizado por muchos miembros de la industria cafetera para referirse a lotes de café pequeños, exclusivos y trazables. Trata de reconocer la importancia de un café de calidad, producido de manera sostenible, que ha sido procesado con cuidado y que proporciona a los clientes una experiencia única.
Hoy en día, los consumidores demandan cada vez más detalles sobre la altitud, el clima y los métodos de procesamiento que intervienen en la producción de café que beben. Como estas variables pueden cambiar dentro de una región o finca, la etiqueta de microlote ayuda a los productores a identificar que su café es único y a garantizar que se clasifique y procese con más cuidado; además de facilitar las relaciones a largo plazo con los compradores. El café trazable, distintivo y de calidad, generalmente se vende por precios superiores a tostadores y clientes.
¿Por qué existen múltiples definiciones?
ES verdad que los diferentes participantes de la cadena de suministro de café tienen ideas diferentes sobre lo que es un microlote.
En el caso de los comerciantes de café, el término se utiliza para distinguir un pequeño volumen de café que no ha sido mezclado con otros lotes. Para los productores, suele describir un pequeño lote de una sola variedad de café que proviene de una única zona y que se ha procesado conjuntamente. A su vez, para los tostadores, se podría definir según la cantidad de café que son capaces de tostar en un solo día o un lote selecto de café tostado en una sola sesión.
La cadena de suministro del café involucra a millones de productores, tostadores y comerciantes, lo que significa que establecer una definición universal de lo que es un microlote sería difícil.
Aun así, con el fin de poder entender a qué nos estamos refiriendo cuando hablamos de microlotes, nos quedamos con la definición de Galo Morales, reconocido productos y exportador de cafés especiales en Ecuador. Según dice, microlote “quiere decir un lote único, de un origen específico, con cierto volumen, cierto precio, calidad, beneficio y perfil de sabor“.
Procesos para producir microlotes
Estos son los procesos indispensables en la producción de microlotes:
- Varietal del café.
- Fertilización: cuando el café se llena de azúcares, ácidos, carbohidratos y otros componentes.
- Cosecha: tiempo y medición de grados brix de la cereza.
- Beneficio o proceso de fermentación: lavados, naturales, honeys, anaeróbicos, maceraciones carbónicas, inoculación de levaduras (calidad del agua, ambiente, asepsia).
- Secado: temperaturas, nivel de humedad.
- Beneficio seco: clasificación del grano.
- Cata: control de la calidad y puntaje.
Conocer y controlar cada uno de estos procesos lleva a un punto clave dentro de la producción de microlotes: el poder replicar año tras año estos procesos y así ofrecer al mercado lotes estables y constancia para el consumidor. Los clientes no quieren un café especial solo un año, al año siguiente quieren lo mismo; por eso, la calidad del microlote no solo está en el puntaje sino en la constancia en el tiempo.
El reto de producirlos
Según varios expertos, a veces los caficultores se dejan llevar por la pasión y no toman en cuenta que la producción de microlotes exige un conocimiento en profundidad de la finca, los procesos, la mano de obra y el control de calidad: a más calidad, más costos de producción.
Es cierto que hay factores como el clima, la temperatura y la humedad ambiental que no se pueden controlar, pero sí se pueden registrar para conocer cómo se va comportando el café año tras año en cada uno de los procesos: lavados, naturales, anaeróbicos y maceraciones.
En conclusión, la demanda global de microlotes está en crecimiento. Cada vez más tostadores y clientes buscan sabores diferenciados y, sin duda, están dispuestos a pagar más por ellos. Esto plantea desafíos para los productores, que no solo deben mejorar sus procesos de producción y experimentación en finca, sino conectarse con el mercado para estar a la última en precios y tendencias. Y también, fortalecer las relaciones con los clientes para ofrecerles constancia y deliciosos cafés, replicables año tras año.
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